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¡Agarren la plata! ¡Tomen el oro!
    No hay límite a los tesoros que saquear
    ni a la abundancia de objetos preciosos.
10 Ahora está desolada,
    destruida, devastada.
El corazón de la gente se derrite de miedo,
    las rodillas tiemblan de temor,
se siente un vacío en el estómago
    y las caras palidecen.

11 ¿Qué se hizo ahora
    la que se consideraba la cueva del león?
El león, la leona y sus cachorros
    vivían allí sin ningún temor.

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